Me contaste muchas cosas aunque no hablaste.
Ni siquiera estabas físicamente ahí.
Acá.
Pero sí estabas.
Yo abrí tu cofrecito mientras estabas en el baño.
Meabas y pensabas que yo dormía,
pero estaba despierta,
hurgando en tu cofrecito.
Y encontré algunas cosas lindas,
y algunas cosas que no me esperaba.
Eso me pasa por hurgar.
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