11.12.17

Imán en el pecho

Lo duro de estar lejos es no poder abrazar a los tuyos.

No llegaron a ser lágrimas.
Solo el pequeño estertor de la cosa que quiere salir y no puede.
Una repentina necesidad de sentir en mi pecho el pecho de mis amigos cuando nos abrazamos.
Esa fuerza que nos une como imanes en los polos opuestos.
Por momentos siento que hay un polo en el medio de mi tórax que está haciendo fuerza para atraer lo verdadero, el amor verdadero. El amor en fin. Siempre es verdadero, o no es.

Extrañar a las personas me parece caprichoso, querer que sean eternos, que se mantengan siempre en el mismo lugar es imposible, es desear que no suceda lo inevitable.
Lo que yo extraño no son personas, son los abrazos, momento sincero, lleno.

Quiero llorar y no puedo,
y me mata de miedo recordar las palabras de mi mamá diciéndome que la gente que no puede llorar está mal de la cabeza y del corazón.
 No quiero ser una adulta más, aunque todo me lleva a serlo.
Bloqueada emocionalmente, distante, fría, calculadora.
 No quiero eso.

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