27.6.18

La tristeza.

A veces la tristeza duele hasta las axilas.
Y no podés levantar el tenedor para comer
los brazos para vestirte
para acomodarte el pelo,
correrte las moscas de la cara
cachetearte las orejas para evitar que te piquen los mosquitos.

Todas las extremidades te hace doler la tristeza.
Toda la existencia.
Y las picaduras.
Y las palabras.

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