4.1.09

Los consecuentes, pensamientos de alguien sobre el todo

¿Existe el tiempo?, ¿O es, acaso, una consecuencia más de los consecuentes?. Algunas de las tantas preguntas que suelo hacerme, son esas.
¿Por qué existe todo?, ¿Por qué es así y no de otra manera? ¿A quién preguntarle esto?, ¿Quién me diría la respuesta correcta?, ¿Era una sola, o serían más?.
Sin saberlo los demás, empiezo una etapa por la que pasaron todos aquellos que, yo consideraba, podían tener la respuesta. Son más antiguos consecuentes que yo, y sin embargo, no encontraron una respuesta todavía, están cansados. El transcurso del tiempo les tendió un pañuelo y ellos lo usaron para vendarse los ojos, dejándose llevar por lo supuesto. Hicieron lo mismo que todos.
Hoy juro que no seré así, sere una consecuencia distinta. Pero, ¿Quién asegura que que me voy a conservar?, si también estoy expuesta a la infección que acaba con los sentidos, y los pañuelos me son tendidos diariamente.
Son pensamientos nuevos en mí, viejos en la existencia de la humanidad. Están desgastados y son recurrentes en ciertos momentos, en algunos de nosotros.
Los consecuentes somos de esta manera. Estamos condenados a pertenecer a la masa ciega. Sólo los rebeldes se salvan de ella.

2 comentarios:

Lord Raven dijo...

Me gusta este escrito, me recuerda un poco a "Ensayo sobre la ceguera", también me evoca a un aguilucho que se decide un día a cambiar su destino sésil por el aire y emprende nuevas aventuras.

Me gusta el contenido a pesar de que la puntuación a veces no haga tan claro el significado, pese a todo creo que tienes el espíritu de una rebelde.

unfuturoparatodos dijo...

Espero que no te pongas el pañuelo en los ojos, la rebeldía nos mantiene vivos, es lo que nos permite cambiar el mundo. Aunque parece que no, cuando hacemos algo, por pequeño que sea, pero que no es lo que este sistema instala, sino algo que hacemos nosotros, haciendo valer nuestra libertad, el mundo deja de ser el mismo. Todo su poder, el poder de aquellos que nos quieren someter, no sirve para nada, cuando hacemos valer nuestra libertad, cuando les decimos una palabra sencilla, pero que para ellos es rara escucharla, y ese monosilabo tan hiriente para ellos es "NO". Se libre, y por consiguiente lo que la sociedad considera "rebelde". Ojala que no bajes lo brazo, ya somos varios los que resistimos, aunque a veces sea muy complicado. Espero verte de este lado resistiendo a que nos tapen los ojos. Un abrazo, Juan.