5.1.09

Un Pedido

''Vísteme despacio, que estoy apurado''.
Eso fue lo que dijo Napoleón a su criado mientras le abotonaba la camisa. Calmo.

Así de tranquila estoy al saber que te tengo.
A pesar de la inmensidad y nuestra insignificancia.
A pesar de saber que todo termina y que nuestras vidas le importan a menos gente de la que existe.
A pesar de ser un par de hormigas en este hormiguero que puede ser tanto aplastado por una roca como volado por una leve ráfaga, convertido en mucho menos por un rocío al amanecer.
A pesar de todo eso que somos y no, te tengo y me tenés, y tenernos sólo durará lo que quiera, toda la vida, quizás. Porque nada dura tanto como lo pasado, y a su vez esto, forma los cimientos de lo que vendrá. Presagios.
Pero seguí dándome de vos, que mientras existas en mí, conservaré mi tranquilidad napoleónica y no veré tanto la realidad como estas noches en las que no me extrañás más.

4.1.09

Los consecuentes, pensamientos de alguien sobre el todo

¿Existe el tiempo?, ¿O es, acaso, una consecuencia más de los consecuentes?. Algunas de las tantas preguntas que suelo hacerme, son esas.
¿Por qué existe todo?, ¿Por qué es así y no de otra manera? ¿A quién preguntarle esto?, ¿Quién me diría la respuesta correcta?, ¿Era una sola, o serían más?.
Sin saberlo los demás, empiezo una etapa por la que pasaron todos aquellos que, yo consideraba, podían tener la respuesta. Son más antiguos consecuentes que yo, y sin embargo, no encontraron una respuesta todavía, están cansados. El transcurso del tiempo les tendió un pañuelo y ellos lo usaron para vendarse los ojos, dejándose llevar por lo supuesto. Hicieron lo mismo que todos.
Hoy juro que no seré así, sere una consecuencia distinta. Pero, ¿Quién asegura que que me voy a conservar?, si también estoy expuesta a la infección que acaba con los sentidos, y los pañuelos me son tendidos diariamente.
Son pensamientos nuevos en mí, viejos en la existencia de la humanidad. Están desgastados y son recurrentes en ciertos momentos, en algunos de nosotros.
Los consecuentes somos de esta manera. Estamos condenados a pertenecer a la masa ciega. Sólo los rebeldes se salvan de ella.