17.12.19

Poema para mi padre ausente

A mi padre le hubiera gustado que yo me amoldara a la sociedad
que todos los plurales que salieran de mi boca fueran siempre masculinos
que tuviera un marido que me mantenga
que no me drogue, o que no se sepa
que no cuente si me violaron
que no cuente si me encamo con 
o me enamoro de un tipo 15 años más grande que yo
que no esté a favor de la despenalización del aborto
que ceda mi cuerpo, mis anhelos y mis emociones
a un otro
siempre masculino.

Pero a mi padre le gusta llenarse la boca hablando de su hija
la del medio
la que vive en el exterior
la que tiene título universitario
la que viaja por el mundo
la que habla tres idiomas
la que es independiente
la que escribe, dibuja y saca fotos
la que es distinta,
la que tiene amigues en todos lados,
la que no reconoció hasta los 15 años
la que no tuvo su apellido hasta los 21
a la que jamás le pasó un peso.

Él quisiera que yo fuera la del segundo párrafo
mas no la del primero.

Y a mi me hubiera gustado que él fuera un padre presente.

Pero durante más de la mitad de mi vida
él no supo ni quiso saber 
qué forma tenían mi cara y mi mundo.

Así que como no tengo nada que agradecerle, 
tampoco tengo nada que soportarle.

24.10.19

La fórmula de la Coca Cola

Hace unos ocho minutos me dí cuenta que
estar muerta sería como tener todas las respuestas,
conocer todo el mundo.

Habitar este mundo,
comer,
cagar,
dormir y, lo peor,
despertar
en el mismo mundo conocido
todos los putos días
sería el infierno mismo.

Si se terminaran las preguntas,
se terminarían las respuestas.

En lo que a mí respecta,
por ahora,
nunca tengo respuestas normales.
Sería muy difícil que de mi boca salga:
20 millones
verde

no
mañana
así, como verdades completas,
a secas, totales, cerradas.

Siempre de mí saldrán ramas-respuestas.
Porque por dentro soy un poco un arbolito.
Un bonsai.

Y así toda ramificadita por dentro,
esta mañana me pregunté,
mientras tomaba el mismo café negro de siempre,

en qué momento la mesa de un bar,
tan ajena a mí,
se convierte en mi territorio?
Es cuando me amigo con la luz?
Es cuando me apropio del servilletero y hago bolitas de papel?
Es cuando me siento con la confianza suficiente como para suspirar con sonido?

E inevitablemente
me transporté al Cementerio de la Chacarita
y a mi madre suspirando,
y a la frase ''el suspiro es aire que sobra
por alguien que falta''.

Y a mi mamá llorando la muerte de José,
o tal vez llorando la angustia
de no saber si iba a poder cargar con tantos recuerdos ella sola.

La amistad siempre es un acto de fé.
Como la fórmula de la Coca Cola.

11.10.19

El Machu Picchu celeste y blanco

Estoy sentada en unas escalinatas,
en la puerta de un lugar que alberga un perrito
que ha ladrado constantemente desde que me senté.

Acá todo es perritos.
La gente los pasea en silencio,
hablando,
sola,
acompañada.
Se pasean mutuamente.

La calle es silenciosa gracias a que todos los autos pasan despacio,
gracias a que está permitido estacionar en doble mano,
y eso quita espacio para patrulleros,
ambulancias,
camiones,
buses
y vehículos de gran porte.

Por eso puedo escuchar a los pajaritos
que se mueven entre los árboles
y se acomodan para dormir.
Duermen los pájaros?

Está por llover y hay un olor raro,
feo,
a humedad
y a viejo.

Primero creo que sale de la vereda llena de verdín,
pero puede que venga de la ventana del sótano que tengo al lado,
o del cadáver que está adentro de la casa abandonada,
que está entre medio de esas dos casas elegantes,
a la que no entra nadie más que una rama del árbol del frente,
por una ventana,
como se debe entrar a las casas abandonadas en barrios elegantes.

En la avenida gritan.
Se escuchan bocinas,
sirenas,
la tapa de la coladera que está floja hace meses,
y que cada vez que le pasa un camión por encima,
parece un atentado.

La señora de la agencia de viajes cierra la oficina y se va.
Pasa mirando mi cuaderno mientras escribo esto sobre ella.
Quizás sea lo más extraño que le suceda hoy.

Para mí lo más extraño es saber que una agencia de viajes
puede sostenerse a pesar de estar empapelada de fotos desteñidas.

A quién le llama la atención el Machu Picchu
celeste y blanco?

10.10.19

El enmascarado


Muchas noches y viajes,
que podría aprovechar para dormir,
me desvelo imaginando
cómo sería el relato de un enmascarado 
que entra inconsciente al hospital 
y luego nadie nunca más lo reconoce 
cuando los médicos le sacan la máscara.

En los peores momentos, 
escribir es como un barquito que me lleva a navegar 
y me mece hasta que me duermo en alta mar.

Mis amigos no me leen.
Y está bien
no los culpo
pero tampoco voy a negar
que el hecho de que no me lean
es como que me permitan pintarles el frente de la casa
con aerosol.

Papeles diciendo lo que estoy dejando morir,
y que el dinero es el objetivo de los que no tienen sueños.

Te quiero ver
necesitando un abrazo
y no teniendo a nadie cerca
a quien abrazar.

Cuántos mililitros de lágrimas hay que llorar
para que se pase la angustia?

Será que no puedo con todo lo que quiero?
Será que quiero demasiado?

8.10.19

Hasta que se rayen los discos

La tecnología de punta llegó a mi casa en el año '98, en los mismos días en que descubrí que la viruta de los crayones era un material excelente para hacer collages.
Era el color mismo en mis manos, podía mezclarlo, molerlo más chiquito, hacer polleritas de un color completo.
A pesar de que era un material muy frágil, yo podía tocar el color.

Un día de esos entraron los señores de la mueblería a interrumpirme el collage.
Traían una mesa rarísima de fórmica que tenía cavidades: una rectangular vertical abajo a la derecha, una repisa con rueditas que hacían que la repisa se pudiera guardar, y una repisa arriba de todo, que era fija, inamovible.

Nadie me dijo qué era o para qué era ese mueble tan extraño, pero cuando los tipos de la mueblería se fueron, moví la silla de mimbre desde la mesa donde estaba hacia esa mesa nueva.
La repisa que se guardaba era excelente, me quedaba a la altura de las manos, podía dejar collages a medio hacer y toda la viruta de colores ahi arriba porque total se guardaba. La mesa repisa se guardaba.
Qué maravilla de invento, pensaba yo. Nada me regocijaba más en el mundo que tener un poco de intimidad guardada ahí y lista para usar cuando yo quisiera.

Pero un día el esposo de Laura, la amiga de mi mamá, que trabajaba en la Papelera pero era muy entendido en informática, vino con un monitor, un CPU, un teclado y otro tipo. Era la computadora.
Otra vez nadie me explicó demasiado, pero dado el ahinco con el que yo ví, unas horas después, que mi mamá intentaba hacer caminar una tortuga de bits con un sistema rarísimo que se llamaba MS-DOS, entendí que era algo necesario para evolucionar.

Entonces volví a la mesa anterior, fija, sin repisas y sin cavidades, con mis collages y mis crayones, y cuando mi mamá pudo hacer que la tortuga le respondiera, fui el conejito de indias de mi mamá y de la tortuga.
Y mi felicidad tuvo que amoldarse a lograr que la tortuga dibujara una letra o un número.

La verdad que siempre preferí los collages, pero los de la mueblería, el marido de Laura y el otro tipo, habían hecho tanto esfuerzo, y mi mamá estaba tan emocionada regalándome CD Roms de Aníbal por el mundo, que me vi en la obligación de amortizar todos esos esfuerzos usando la computadora hasta que la compactera rayara los discos.

2.10.19

Toser el desayuno

Marcela tose café, saliva y migas de tostada sobre el periódico La Libertad que acaba de abrir.
Es la primera mañana en su pueblo de la infancia, y el hecho de no revisar Facebook con asiduidad, ha hecho que se entere poco y nada de lo que acontece en ese mundito.

Dos años han pasado desde que Marcela decidió irse a vivir lejos, tan lejos como fuera posible, y ahora la vecina pispiadora se entera de que ha vuelto porque Marcela se acerca a la ventana que da a la calle conteniendo la respiración, con los brazos levantados y la mirada fija hacia adelante para estimular al bolo alimenticio descarriado para que retome el camino correcto.
La mirada de la vecina en la ventana de enfrente, demasiado cercana a la suya porque la calle es finita, interrumpe el procedimiento de desatore de Marcela que se da cuenta que puede que parezca Muhammad Ali ganando un round.
Se saludan con la mano y una sonrisa que se le convierte en tos y lágrimas de nuevo.

Ojalá hubiera alguien para darle una palmadita en la espalda. Pero mamá salió a comprar facturas para el mate, y papá vive en San Antonio de Areco.

Marcela toma un trago de agua de la canilla, por suerte en el pueblo todavía se puede hacer eso,
y mira, con la cadera apoyada en la mesada, y un piecito arriba del otro, el periódico que quedó arriba de la silla. La saliva ha hecho una aureola alrededor de cada miga pegada sobre la foto de un tipo que han encontrado asesinado en un campo hace unos días, luego de varias semanas de desaparecido.
Con ese tipo, cuando eran chicos, Marcela compartía Bombuchas y jugaba al carnaval en la vereda, que ahora pisa poco pero intenso.

El autor intelectual, y aún no se sabe si material, del hecho, fue otro tipo de la misma edad más o menos, al que conoce de vista, y al que le otorgaron prisión domiciliaria.

Pero lo que a Marcela la hizo toser el desayuno sobre el periódico La Libertad, fue ver una carta de lectores del tipo que la violó cuando eran adolescentes, y que hoy anda como pancho por su casa por su pueblo, en la que reza ''qué país generoso'' y propone una remake de Fuenteovejuna para corregir al asesino hasta la muerte.

Marcela tiene la presión en 25 y unas ganas incontenibles de retorcerle los huevos hasta disecárselos, y recuerda, como en una epifanía pero al revés, por qué eligió irse lo más lejos posible.

Aunque su madre siempre termina convenciéndola de volver por unas facturitas recién hechas.

21.9.19

Un caramelo duro de naranja

La vez que tuve que pasar la noche en el aeropuerto de Uruguay,
estaba sola, totalmente sola,
en ese aeropuerto que no parece aeropuerto,
Que parece una maqueta a medio hacer.

Era mi primera vez en Uruguay.
El boleto de avión mas barato a México era saliendo desde Uruguay,
haciendo escala en Lima y en El Salvador.
Diez mil pesos argentinos más el pasaje del Colonia Expres,
había costado mi noche en el aeropuerto de Uruguay.

Por ese entonces estaba leyendo La presentación del yo en la vida cotidiana.
Y mientras leía ese libro, a pesar de la luz de tubo que arremete contra toda armonía,
me fui quedando dormida.

Hacía mucho frío adentro y afuera
mío.

Y soñé con una cafetería donde tenían un café 
que calentaba el alma y el cuerpo.
Y los sanaba,
y entonces ya no era necesario irme de Argentina,
porque tomando ese cafecito que me daba Dalma Maradona
estaba todo bien.

Esa noche soñé con mí misma en el Aeropuerto de Uruguay
esperando a que saliera el avión hacia Lima.
Mi vida era tan surreal que soñaba lo que vivía.

Ayer caminando a mi casa,
la que logré alquilar, decorar y llenar de gente hermosa,
desde mi trabajo,
que amo y que temo,
me recordé tan solita,
(si, sola y chiquita, solita)
en ese aeropuerto vacío,
donde sólo era alguien en el momento de sellar el pasaporte,
leyendo teoría sociológica a las 3 de la mañana,
(porque la soberbia que me da el conocimiento
también me hace sentir un poco fuerte),
y me di cuenta lo inimaginable que era en aquel momento
pensarme disfrutando un caramelo duro de naranja,
pasándomelo de la derecha a la izquierda y viceversa,
jugando a morderlo un poquito pero no demasiado,
mientras miro un cuadro de Chagall,
en un museo de la Ciudad de México,
un sábado a la tarde.

23.8.19

Juzgada por Dios

Ya casi llueve en la Ciudad de México,
los días de verano son implacables siempre
en cualquier hemisferio
ya sea por el calor o por la lluvia.
Pero así los quiero, nefastos, hinchapelotas,
porque así al menos tengo algo de lo cual quejarme.

Caen las primeras gotas y los chilangos
siempre sorprendidos
corren encorvados tapándose las cabezas con los attachés
y las chilangas corren estoicas con sus taquitos aguja,
se tapan las cabezas con carteras.
Jamás voy a entender cómo hacen para dominar los tacos aguja en las veredas llenas de pozos.

Así son los cuatro meses que dura el verano.
A veces también tiembla el suelo,
literal y metafóricamente.

A veces también puede haber una balacera,
o un asalto,
o una pelea,
y uno se puede morir.

Pero ya, todo el tiempo uno se puede morir.

Y en ese acaecer cotidiano es que mi rutinario regreso a casa
coincide con la existencia de algún loco
tirado en el medio del paso,
como una musa de cuadro pero mucho menos deseado,
ensimismado en sus teorías volcadas en una libretita húmeda,
escritas con tinta vieja, entrecortada, de birome mala.

Y me quedo de jeta,
porque el tipo está concentrado.
La vocación de teórico le sale por los poros.

Y el tipo también se queda de jeta,
porque mientras paso al lado suyo,
totalmente inexistente para él,
descubre algo que festeja:
Grita, y abre los ojos grandísimos.
Y yo apuro el paso,
porque el loco me da un poco de miedo.
el corazón se me acelera, siento las manos calientes,
y me pican las axilas.

Alejada veinte metros del loco
me doy vuelta y lo veo,
de pie, festejando.

Me imagino que cuando Arquímedes descubrió que la cantidad de agua que salía de la bañera era proporcional al volumen que ingresaba en ella, hizo algo parecido, pero desnudo.

Al loco no le importa la lluvia,
su teoría demostrada es lo más importante del mundo ahora.

Sigo caminando y pienso
que para mí lo más importante ahora
probablemente
sea mi gato,
o no,
tal vez lo más importante ahora sea el libro de Fabián Casas que me prestaron
y que puede que se esté mojando en la mochila.

Pienso que cuando termine este libro
nobleza obligará a que ofrezca otro a cambio,
y entonces me doy cuenta de que intercambiarse libros
es como bailar o tener sexo.

El éxito de la empresa depende de lo que haga uno
y de cómo reaccione el otro,
de lo que haga ese otro,
y de cómo reaccione uno.

Al momento de elegir un libro para otra persona
y sólo al momento de elegir un libro para otra persona,
me siento juzgada por Dios.




Poligamia

Cuántas veces puede cambiar mi sensación de pertenencia con respecto a un lugar sin que sea patológico?
Puedo pertenecer a muchos lugares a la vez?
Qué es esta poligamia de territorios que siento?

2.8.19

Feliz y lejos

Era martes y habíamos decidido coronar la ultima visita de mi madre en México con una cena en un barcito de acá a dos cuadras.

Mientras empezaba a llover
y tomábamos vino,
hablamos de perros viejos
con artrosis en las patas.

Hablamos del fin de esos perros
mientras tomábamos vino y comíamos empanadas.

Las tres sabíamos que no estábamos hablando
de los perros
ni de la artrosis
sino del fin de nuestro encuentro,
y del comienzo de un tiempo de lejanía
cuya extensión es siempre imposible de descifrar.

Los perros viejos no fueron más que el escudo
detrás del cual escondíamos un facón hundido en el muslo
de amor y nostalgia anticipada
por saber a la otra lejos.

Feliz
y lejos
feliz
y lejos
feliz
y lejos.

22.7.19

Gretel

Me fui lejos
tan lejos
de mi
que ya no sé cómo volver.

Tomé otro camino
y llegué a mi
pero desde ese lugar
me veo distinta.

No me reconozco.

Me desespero y les grito a mis amigos,
a mis ex novios,
a mis amigas,
a mi familia,
que también andan en ese bosque
perdiéndose y buscándose.

Los árboles absorben mi voz
que ya de por sí no es tan alta.
Algunos me escuchan
y desde sus lugares de sí mismos
tan perdidos como yo,
me dicen que tranquila,
que siempre se vuelve,
que a veces es necesario,
que la vida es esto de perderse y encontrarse.

Y me calmo un poco,
y otro poco siento que no entienden
una mierda.

Y levanto una ramita del piso.
Mientras camino llorando
le voy sacando la corteza
y la tiro a un costadito
y cuando la ramita ya quede en carne viva,
la tiraré a un costadito
al final del camino de corteza.

y me dedicaré a sacarme la mugre de las uñas
con las otras uñas,
teniendo algún tipo de fe
en que si hago eso
matare más rápido el tiempo que falte
para encontrarme a mi misma.

21.7.19

Me prestaron un libro de Fabián Casas

Me prestaron un libro de Fabián Casas.
Está subrayado con fibra verde.
Ahora sé casi todo sobre su dueño.

A mí nunca me gustaron los poemas
sin embargo, con el paso del tiempo,
se me ha vuelto inevitable escribirlos,
pensar en poemas,
sentir en poemas,
aunque nunca sé del todo qué es.

Lo que yo quiero es que algún día alguien me lea
tomando un vaso de whisky,
sentado en su lugar preferido,
en su sillón preferido,
lo más cómodo posible.
Si es posible y el frío lo amerita,
frente a un hogar a leña ardiendo.
Y quiero que esa persona sienta lo mismo que quien me lea en el tren,
posiblemente sin frenos,
seguramente lleno de gente,
volviendo a casa al final del día,
para olvidarse un rato de su condición de mortal.

Quisiera que elijan mis palabras,
ofrecidas como pedacitos de mí,
que el del sillón y el del tren sean mis amigos.

Me prestaron un libro de Fabián Casas.
Está subrayado con fibra verde.
Ahora sé casi todo sobre su dueño.


Ventilar

Perdonar a mis abuelos es como darles la casa en la que los soñé felices.
Yo hubiera elegido otra cosa para el fin de sus días, pero ellos querían eso:
Vernos comiendo, corriendo, riendo,
discutiendo por alguna tontera.

Y perdonarme a mí por no haberlos entendido,
durante tanto tiempo,
también es importante,
porque soy un ser humano.
Y con culpa no se sobrevive,
con enojo tampoco.
Con reproches se desnutre el alma.
Y con enojo se enferma el cuerpo.

Con perdón se sigue adelante,
y se ama
un montón.
Porque perdonar es como limpiar y ordenar,
hacer lugar,
ventilar.

1.6.19

Temazcal

Durante dos noches dormí en una cama super incómoda.
Los mosquitos me jodían las orejas.

Una de esas noches me desperté con un gato pajeándose en mi pierna y no supe qué hacer.

Durante casi dos días hable lo mínimo e indispensable con la gente.

Al volver a casa me di cuenta de lo maravillosa que es mi cama,
mi casa, 
de lo maravilloses que son mis amigues, 
mi gato,
de lo importante que es usar las palabras,
las camas,
el corazón 
y el cuerpo
con conciencia.

Estaba a puro derroche.

Gracias por esta experiencia.

El muy mierda

Cuando elegí migrar, elegí también soltar todo aquello a lo que estaba acostumbrada.
Que me hacía bien y que me hacía mal.
Casi como una epifanía, se me presentó esta frase:

Siempre que uno elige, está no eligiendo otras cosas.

Sabés que es lo único que no se puede?, dice mi amiga Marianela, todo.
Y decidí correr el riesgo, andar el camino, tomar ese avión.

Supe que iba a tener que adaptarme a nuevas costumbres, a nuevas formas de hablar, a otra comida. Y sobreponerme al hecho de andar conmigo misma a cuestas, teniéndome a mí y solamente a mí, teniendo que confiar como método de supervivencia. Mi cuerpo y mi alma, mi casa.

Iba a ser como nacer de nuevo:
Aprender a hablar, a comer, hacer amigues. Y en ese aprender, se forjaría, inevitablemente, una nueva identidad.

Con el tiempo fui aprendiendo que todo se puede conseguir con esfuerzo y mucha, mucha suerte,
menos el amor.

Ese se me escurre siempre como un hamster entre los dedos y se hace mierda contra el piso.
Tan suavecito y tierno que parece, y tan escurridizo el muy mierda.

21.5.19

En el fondo

Me recuesto sobre el agua
dejando caer las piernas hacia abajo,
dispuesta a hundirme hasta donde sea necesario:
una mano estirada,
las yemas de los dedos listas para sentir el fondo del mar blandito.

Arriba todo se mueve tanto.
Abajo todo es tan denso,
tan lento,
tan silencioso.

Los oídos se me hinchan y se pegan a las cavidades,
los siento, la cabeza me va a explotar,
pero es una presión que elijo sentir para poder tocar eso que está en el fondo.
El fondo mismo.

El agua es tanta que ya no la siento.
Lo único que no está lleno de agua salada ahí abajo, soy yo.
Entonces, lejos de todo lo que está atravesado por el lenguaje,
me dejo atravesar por pensamientos,
por sentimientos,

Ese vacío, sé, es lo que me va a permitir volver a la superficie,
donde todo es rápido,
donde todo suena,
donde hay tanta luz que cega.

y, a medida que me hundo,
voy perdonando y -me,
me voy dando la mano con todo eso que perdono.
Lo abrazo.
Le sonrío.
Le agradezco.

Me fundo.
Me despierto.

Arriba todo se mueve tanto.

14.5.19

Cadaver exquisito de bloc de notas


Qué gracia tiene usar la palabra para reproducir el mundo dado, si podemos usarla para crear un mundo.

Sala
Cuarto
Frente de la casa
Sala
Sala Claro
Sala Tutorial
Sala Tutorial celu
Sala bateria
Cuarto Padres

Highliners
Hay un guión o un brief?
Quiénes dirigen?

VIERNES LLAMAR PARA CORROBORAR QUE ESTÉ DADO DE ALTA

abril

Si los panes cuentan con el Certificado NAFTA (de tratado de libre comercio), no se pagan impuestos (IVA)

Ñ

É

Arte
revisar utilería
Columnas 
Fondo
Horno

Lo que hacemos es decoración
ya no se hacen Notre Dames.

Cuando veo payasos 
solo quiero llorar
y correr con un algodón hasta su boca
para borrarles esa sonrisa tan exageradamente de mentira
de mentira.

28 de febrero


Leland Palmer dice que su hija está muerta sin que nadie le diga efectivamente que está muerta

Ascensor.

Cosas que pienso:

En los comerciales las clases sociales están muy marcadas.
En los celulares, la gente de más bajos recursos, tiene apps ‘’Lite’’, porque sus celulares tienen menos capacidad, porque no tienen dinero para comprarse uno mejor.


2 personajes

10 glorifiicados

20 extras comunes

Calles modernas

4 versiones de 15’’ (que cambia de una version a la otra)

1 solo vehículo

3 días de second unit

what the blimp do we know?

Los tíos de Johanna tenían:
una lámpara de fibra óptica con forma de bola
dos coupe fuego:
            una roja
            una lila

Mucho dinero,
cero hijos.

Johanna tenía:
una infancia,
aversión por la lámpara de fibra óptica en forma de bola,
amor por la coupe fuego lila de su tía

Yo tengo:
mucho cannabis en sangre,
un poco de alcohol en sangre,
El celular en la mano porque estoy googleando el nombre de la lámpara de fibra óptica.

‘’…Porque a pesar de esta competencia moderna y nefasta por quién siente menos, yo, que soy experta en sentir hasta el fondo y, sobre todo, de acordarme cosas, siempre me acuerdo de las palabras de mi sabia y añeja amiga Marianela que una vez me dijo que cuando alguien molesta a otra persona, lo que desea es el goce sobre el sufrimiento ajeno.
Así sucede cuando alguien hace chistes, se mofa de otra persona, o jode, jode, jode, hasta que la otra persona explota…’’

Pero esta vez no exploté.


Me he tomado como una responsabilidad importante para mi conejito y para mí, aprender de todo lo que pueda.

Una vez asumido, hay que esperar 15 días aprox a que la nueva gestión se instale, y luego meter los oficios, contemplando 45 días de tiempo para obtener el permiso.



Un documental sobre la muerte de la muerte,
el día después de la celebración de la muerte,
qué pasa con los banderines, con los altares, con el pan de muerto, con las ofrendas, con las velas, con los familiares reunidos.
Cómo es dormirse un 2 de noviembre y despertarse un 3 de noviembre?
Quién saca los banderines?
O los dejan colgados hasta que la lluvia, el viento y el sol los desarman?
Quién desarma los altares?
Quién saca los espejos que reflejan las fotos? Esos espejos tienen un lugar de origen? Vuelven a ese lugar?
Cómo se vive cada día viendo ese espejo y recordándolo como el espejo que reflejó por 4 días la imagen de un familiar, amigo, vecino, es novio, muerto?

On Fridays at Arena Mexico you can assist to the wrestlings between masked, where you will have to take part for one of the both wrestlers and then to support them by screaming.

Hay veces que quiero salir a correr para siempre.
Hay veces que quiero irme a vivir a la montaña y criar gallinas,
y hay veces que quiero trabajar en una empresa y ser lo que el mundo dice que es ser exitosa.
Hay veces que quiero cocinar, y hay veces que quiero ir a la pizzería de Carlos, aunque no sea de Carlos, y Carlos sólo sea el mozo, y sea un pesado bárbaro, y la pizza no esté buena y sea un poco cara.
Siempre hay veces que quiero.
Porque siempre quiero.

TRES CANDIDATOS

dedicatorias de libros para libros que aun no compre, para gente a la que aún no se los regale.

Para cuando decido regalar un libro en lugar de un vino:
Los buenos libros, como los buenos vinos, se ponen mejor con el tiempo.
Los muchos libros, como los muchos vinos, pueden hacer que te tambalees un poco al caminar.
Leer y tomar en cantidad hace que digas cosas políticamente incorrectas, para muchos la verdad, y para muchos incoherencias.
Lo cierto es que el dicho popular dice que los borrachos y los locos siempre dicen la verdad.
En esta ciudad las escaleras son muy largas y empinadas, con lo cual el camino es lento. Me lleva mucho tiempo subir las escaleras del metro, pero eso me da tiempo para preguntarme si lo contrario a subir será solamente bajar, o si también podrá ser quedarse parado siempre en el mismo lugar.

Este libro es para que subas escaleras.