21.5.19

En el fondo

Me recuesto sobre el agua
dejando caer las piernas hacia abajo,
dispuesta a hundirme hasta donde sea necesario:
una mano estirada,
las yemas de los dedos listas para sentir el fondo del mar blandito.

Arriba todo se mueve tanto.
Abajo todo es tan denso,
tan lento,
tan silencioso.

Los oídos se me hinchan y se pegan a las cavidades,
los siento, la cabeza me va a explotar,
pero es una presión que elijo sentir para poder tocar eso que está en el fondo.
El fondo mismo.

El agua es tanta que ya no la siento.
Lo único que no está lleno de agua salada ahí abajo, soy yo.
Entonces, lejos de todo lo que está atravesado por el lenguaje,
me dejo atravesar por pensamientos,
por sentimientos,

Ese vacío, sé, es lo que me va a permitir volver a la superficie,
donde todo es rápido,
donde todo suena,
donde hay tanta luz que cega.

y, a medida que me hundo,
voy perdonando y -me,
me voy dando la mano con todo eso que perdono.
Lo abrazo.
Le sonrío.
Le agradezco.

Me fundo.
Me despierto.

Arriba todo se mueve tanto.

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