25.10.18

Complicaciones de llamarse Josefina

Si bien estoy acostumbrada, y la verdad es que no me molesta, a que me digan ''Delfi'' o ''Sofi'', en México es poco común, por no decir imposible, que una persona de mi edad, 26 años al momento en que escribo esto, se llame Josefina.
En general Josefina son abuelas, tías abuelas, bisabuelas, gente muerta.
El hecho de que me llame Josefina en un país donde mi nombre es poco común en gente joven, ha hecho que la semana pasada me llamara a mi celular un hombre cuya voz pertenecía a alguien que, deduje, podría ser mi padre, o al menos un hermano mucho mayor que yo, que me dijo ‘’mamá, soy yo, por favor ayúdame, unos señores me agarraron’’. Respondí que qué quería, a lo que respondió ‘’ayúdame mamá’’.
Me molestó muchísimo que el chanta este no se diera cuenta que mi voz no le pertenecía alguien que pudiera ser su madre. Respondí que yo no tenía hijos, y le corté, bastante ofendida por no haberse percatado de la edad de mi voz.

Hoy a la tarde, me han llamado de casa Galloso, una casa funeraria de renombre de acá de México, para ofrecerme un combo de cajón y parcela en un cementerio. 

BUENO

Estas cuestiones con mi nombre, se suman a las cuestiones de mi apellido paterno, Stefani, en un país donde el 85 por ciento de las mujeres de mi edad se llaman Stefani, Stefanie, Stephanie, Stefany, Stephany, Estefani, Estefany, y todas las combinaciones de letras que puedan surgir y que suenen igual a mi apellido. Con lo cual la gente, aún la que me conoce, me dice Steph, Steph, Stefi… Incluso cuando entrego mi pasaporte donde dice :
Nombre: Josefina
Apellidos: Stefani Marengo.
Hoy saliendo de una reunión en un edificio de esos que te hacen dejar hasta los calzones para acreditar inocencia, estaba retirando mis calzones y mi pasaporte. Me preguntaron mi apellido para poder buscar mi identificación (no sirve que diga ‘’es un pasaporte argentino, ellos quieren siempre saber mi apellido), a lo que respondí, no sin antes sentir un poco de escozor por lo que ya sabía que venía luego de pronunciar mi apellido, haciendo sonar medio segundo cada letra ‘’sssssssteffffffani’’.
La chica que me tenía que devolver la identificación, agarró el pasaporte, lo abrió, lo leyó, me miró y me preguntó ‘’Marengo?’’.

No es fácil tener nombre de vieja y apellido de nombre. Lo que más me agobia es proyectarme de acá a cuatro años teniendo todavía el mismo inconveniente con mi apellido paterno. Porque, intuyo, soy la única sera humana coneste apellido en una ciudad de 22millones de personas que piensan que Stefani solo puede ser un nombre, y siento que ya estoy grande para que me empiecen a pasar estas cosas.

22.10.18

Veces

Hay veces que todo mi anhelo se circunscribe a ver Un hombre sin suerte en teatro independiente, aunque no me haya gustado tanto cuando la vi, a pesar de que la dirigía Osmar Núñez.
Hay otras veces que todo mi anhelo se circunscribe a actuar Un hombre sin suerte en el teatro independiente, dirigida por mi profe que aunque no sea más profe, siempre lo va a ser.
Hay veces que quiero ver pochocleras, y hay veces que quiero ver películas del Dogma.
Hay veces que quiero salir a correr para siempre.
Hay veces que quiero irme a vivir a la montaña y criar gallinas,
y hay veces que quiero trabajar en una empresa y ser lo que el mundo dice que es ser exitosa.
Hay veces que quiero cocinar, y hay veces que quiero ir a la pizzería de Carlos, aunque no sea de Carlos, y Carlos sólo sea el mozo, y sea un pesado bárbaro, y la pizza no esté buena y sea un poco cara.
Siempre hay veces que quiero.
Porque siempre quiero.

19.10.18

Jugo Mocoretá

Qué estupidez tan grande probar un sorbo de esa mierda llena de azúcar que no tiene nada bueno para dar y que intoxica tanto el cuerpo.
De valor nutricional nulo. Fabricado concentrado, coloreado, perfumado, endulzado, envasado, rebajado, tomado y meado.
Esa es la cadena de la vida de un jugo Mocoretá concentrado.
Qué bien la puede hacer a un ser ingerir una sustancia así?
Sabiéndolo, fui y pedí uno.
Lo guardé en la heladera con mucho recelo. 
Me lo tomé de a poco, pero rápido, se ve que la botella era más chica de lo que yo percibí.

Por suerte.