21.7.19

Ventilar

Perdonar a mis abuelos es como darles la casa en la que los soñé felices.
Yo hubiera elegido otra cosa para el fin de sus días, pero ellos querían eso:
Vernos comiendo, corriendo, riendo,
discutiendo por alguna tontera.

Y perdonarme a mí por no haberlos entendido,
durante tanto tiempo,
también es importante,
porque soy un ser humano.
Y con culpa no se sobrevive,
con enojo tampoco.
Con reproches se desnutre el alma.
Y con enojo se enferma el cuerpo.

Con perdón se sigue adelante,
y se ama
un montón.
Porque perdonar es como limpiar y ordenar,
hacer lugar,
ventilar.

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