29.4.19

Anagnórisis

Cinco cuadras
y dos puertas de vidrio
nos separan,
y nos unen.

Abro una puerta,
la de mi casa.
Camino 7 cuadras,
las más largas de mi vida.

El corazón va mas rápido que las piernas, 
a las que siempre les reclamo 
que deberían poder ir mas rápido aún.

Toco el timbre,
y el mejor momento de mi día
se avecina.

Veo su sombra bajando la escalera,
y reconozco su silueta acercándose 
a la segunda puerta de vidrio.

Sus ojos, la puerta, mis ojos.

La puerta se abre.
Sus ojos, mis ojos.

La sonrisa confirma la anagnórisis:
somos los mismos de ayer,
o casi.

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