5.8.21

La adultez

Hacía 7 meses que no lloraba.

En la costa del Pacífico un miércoles a las 2 de la tarde, le conté a un desconocido de la vez que escuché nevar en Neuquén.

Después de un rato en silencio, sola, rodeada de sol, sal y parlantes con reggaetón, camufladas por la transpiración de la cara, se me empezaron a caer las lágrimas.

Yo que siempre sé dónde está todo, no sé dónde quedé. 

Ahora escribo arriba de los taxis y en los semáforos en rojo, que son los únicos momentos en los que no estoy cubriendo necesidades de otros, que ni siquiera conozco.


No hay comentarios: