27.5.20

Bitácora del viaje obligado al Extranjero #17 - Un penthouse

Día 72 y día 23.

Estoy aprendiendo a esperar. No sé qué.
Confío en que la inercia, en algún momento, nos va a traer respuestas a algo, como el mar trae caracoles y arena que nos parecen nuevos pero ya estaban.

Desde tu trinchera a 6,700 kilómetros, y con total soltura, me pediste que te hiciera un lugar en mi cama.
En mi cama hay poco espacio, pero en mi corazón tenés un penthouse.

La verdad es que últimamente toda la cama está ocupada con pesadillas de gente lastimada y shoppings cerrados y oscuros en los que estoy encerrada queriendo comprar zapatos para usar cuándo.

Durante la vigilia, sin embargo mucho más feliz, voy anotando besos en una libreta de almacenero. Pero no para cobrártelos, sino para dártelos algún día.

Una noche que no tuve pesadillas, soñé que eras un gusto de helado.
Yo iba a la heladería y pedía un cucurucho de chocolate con almendras y Manuel.
Me desperté queriendo saber cómo estabas, que ibas a hacer en el día, si habías soñado algo.

Hice una carpeta en mi computadora, la llené de fotos tuyas y le puse tu nombre.
La guardé adentro de una carpeta con mi nombre.



No hay comentarios: