5.5.20

Bitácora del viaje obligado al Extranjero #14 - Cadáver exquisito

Día 50 de confinamiento. Me puse a ordenar bits.

El Clío.


Hace dos años vendieron el Clío modelo '99 p
ara que yo cumpliera uno de mis sueños.

Camino al trabajo me pregunto si habré hecho y si estaré haciendo lo correcto.


Antes de esto, solía ir como ganado apilado en la caja de una Ford F100 a repartir folletos de Lombardi.

Era verano, y quería tener mi propio dinero.
Comíamos sanguchitos de paleta y queso, y tomábamos jugo diluído a la orilla del río Areco.

Nos pagaban 150 pesos por trabajar los sábados de 10 de la mañana a 2 de la tarde.


Después de eso, me encontraba con el chico que me gustaba.

Que me gustaba tanto que no cerraba los ojos cuando lo besaba
para poder seguir mirándolo.

Una señora.


Decían que yo había nacido para, ''algún día'', ''ser una señora''

Pero les dije que ''no''.
A todos les dije que ''no''.

Y me fui.
Pero no me olvidaron. 
Y no los olvidé.
¿Qué es la ausencia física si alguien se te metió para siempre en forma de recuerdo?

Ahora.

A veces vuelvo a casa tan ahogada

que no distingo si por los cables de luz pasan ardillas o reflejos de los autos.
Entonces me siento en el parque, de madrugada,
a escribir lo que creo que son poemas, en el celular,
y a desafiar al destino y a las ratas que viven en los parques.
Escribo ''te extraño'', pero la verdad no extraño a nadie.
Entonces levanto la vista: la humedad de la lluvia se desprende del asfalto porque empieza a amanecer.

Y percibo el verano:
Un inminente olor a asado en un baldío.
Un ficticio Malevo engominado esperando con la faca en el bolsillo a la vuelta de la esquina.
Esta tarde es una película de Leonardo Favio, pienso, aunque son las 4 de la mañana.


Volver.


Quiero volver a Argentina

y armar una biblioteca en el living de mi casa:
Que todo sea de madera, q
ue quepa Toda la memoria del mundo.
Que haya lamparitas de filamento,
un hogar a leña,
un sillón,
Whisky a discreción,
un gato.


Y quiero festejar mi cumpleaños ahí.

con mis amigos de la desdicha.

1 comentario:

Anónimo dijo...

simplemente hermoso