27.10.17

El año después

Un año después de que un libro de Almodóvar y mi mejor amiga me ayudaron a empezar a recordar esa noche, aún te sigo soñando.
Te sueño diciéndote que sos un mal nacido, pegándote piñas en la panza, porque sos tan alto que no puedo pegarte en la jeta. Vos casi ni notando mis golpes, porque sos tan grande y tan gordo que mis piñas son cosquillas para vos.
Te sueño así, no dándote cuenta de lo que me hiciste, sonriendo. Y me despierto llena de angustia, porque entiendo que siempre va a haber una grieta entre lo que vos creés y lo que yo viví.
Y nunca nos vamos a poner de acuerdo en todo el daño que me hiciste.
En ese ahogo, me repito a mí misma, como un abrazo a mi salud mental, que sí, que siempre voy a vivir con vos, que vas a venir conmigo a todos lados, que tu cara va a estar en las caras de todos los hombres que conozca, que vas a estar en todas las camas, en todas las fiestas. Que me vas a estar mirando desde algún rincón, con un vaso de fernet en la mano, y voy a tener un poco de miedo de que me lleves por algún pasillo, de que me encierres en algún cuarto, de que te tires encima mío y no me dejes respirar y, sobre todo, de que al otro día, cuando me veas semi inconsciente, me digas que pensaste que estaba actuando.
Pero me calma saber que yo, de vos, puedo sacar lo mejor siempre. Puedo escribir, puedo actuar. Y puedo actuarte, puedo construirte desde la ausencia, no sabés lo bien que me sale. Hicimos llorar a la gente con el relato de esa noche, y encima gané plata, ¿podés creer?. Te hice guión de cine, te hice entradas de blog, te hice obra de teatro y me hago a mí misma con cada mierda que recuerdo de esa noche.
Por suerte, yo no soy vos. Vos sí que no podés sacar nada bueno de vos. ¿Qué vas a hacer? ¿Te vas a pintar a vos mismo?.
Nadie quiere verle la cara al horror.
No me imagino lo angustiante que debe ser eso. Ser vos.

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